Además de compartir el folclore nicaragüense, los encuentros impulsan el intercambio de experiencias culturales y artísticas entre estudiantes y comunidades. Al ritmo de polkas, valses y mazurcas, los integrantes de Jadelí revivieron en su presentación el histórico traslado de la Villa San Antonio de los Esterios al Valle de Michigüiste, sitio donde hoy se asienta Estelí.

En un ambiente de camaradería, también interpretaron danzas de variedades como el chachachá y el mambo, y disfrutaron de una experiencia enriquecedora junto a artistas de otras zonas del país y del recinto central de la UNAN-Managua, quienes también participaron en esta fiesta de diversidad cultural y hermandad.

La participación de la Agrupación de Danza Jadelí en estos encuentros fue más que una presentación; fue una forma de honrar y celebrar la riqueza cultural de Nicaragua. Cada paso y cada ritmo permitieron a los jóvenes de Jadelí conectar con sus raíces y compartirlas con otros, en un ambiente lleno de compañerismo y alegría. Estos espacios no solo fortalecen su identidad, sino que crean lazos y experiencias que perdurarán, demostrando que el arte y la danza son lenguajes universales que nos unen como nicaragüenses.